En Latinoamérica no cesan las dictaduras, en el siglo pasado estaban de moda los militares y los políticos vitalicios quienes derrocaban cualquier ápice de democracia, estos con escritura endosable del cargo como el caso de François Duvalier (Papa Doc.), a quien heredó su hijo Jean Claude Duvalier, Fidel Castro
quien heredó a su hermano Raúl Castro, mucho más lejos de nuestra área geográfica está el régimen, perdón, el gobierno de la Republica Democrática de Corea del Norte, para sus amigos
latinoamericanos rojos rojitos de Kim Jong-un, quien heredó de su padre Kim Jong II y a su vez de su abuelo, Kim II-Sung. Y a quien con seguridad los nuevos divinos y humanos latinos miran como ejemplo y se relamen el bigote para tener el control totalitario del poder de manera indefinida.
Y al igual que las anteriores y bajo el disfraz del librito de la constitución, como pasa en Venezuela, buscan suprimir los demás partidos políticos que puedan quitarle el poder, se apoderan de la autonomía de las instituciones del estado y control absoluto del ejército con juramento incluido al gran líder y no a la constitución.
Llegan al poder con los errores de las oligarquías pasadas que no miran más allá de sus propios bolsillos, prometen un socialismo para el pueblo, pero para el pueblo que voten por ellos, los demás no son pueblo, sino simplemente invitados de piedra que los ayudan al pago de los impuestos.
En todas estas dictaduras pasadas y actuales las fuerzas armadas juegan un papel importante, porque son el soporte de esos regímenes, y sus líderes no lo hacen gratis. Si no, visiten los paraísos fiscales, o porque el ex presidente Martineli calló las bravuconadas de Maduro, cuando lo amenazó con anunciar las cuentas de los boliburgueses del régimen chavista.
A diferencia del pasado, en Latinoamérica se le saca el jugo a la “democracia”, que ahora tiene diversas definiciones dependiendo del lado que se le mire. El caso patético es Venezuela, que utilizando unas elecciones que no tienen una transparente auditoria, de unas elecciones cerradas como las pasadas, en la que el ganador dejó muchas dudas y la presidente del CNE, se paseaba rauda junto al que cantó como ganador minutos después de dar el anuncio. Como premio a su lealtad, está entre los puestos insustituibles y claves para manipular cualquier elección que atente con moverle la silla a los chavistas.
Pero estos “divinos” tienen unas características que les son propias, parecen que responden a unos lineamientos: • Se consideran irremplazables • Visten similar, le agregan unos cortes fashión para ser diferentes • Autocráticos, ellos y solo ellos.
• Poseedores absolutos de “la Verdad”. • Algunos hablan con animales y pájaros • Nunca cometen errores, lo malo que pase lo hacen los otros. (Juana la Iguana, Uribe y la oposición) • Cada cuanto encuentran planes de derrocamiento y asesinato • Encarcelan a quienes ven como un peligro en el futuro. Caso Venezuela con Leopoldo López. • Odian los medios de comunicación, las redes sociales y los Smartphone. • Les regulan la dieta al pueblo, diciéndoles que comen y que no comen y en qué cantidades • Son flojos, sin ideas, no son progresistas. Viven de los recursos naturales siempre y cuando el precio les convengan. Cuando el precio cae, se les vuelve un hormiguero y recurren a echarle la culpa a alguien. • Crean paraísos ficticios de FELICIDAD.
• Les gusta que los idolatren, crean estatuas, rezos, odas, poemas, un día festivo, el nombre de un barrio, calle, etc. En fin parecen todos cortados por la misma tijera, se peinan iguales, visten iguales. Para el caso algunas imágenes de los más importantes de este siglo y del pasado.
latinoamericanos rojos rojitos de Kim Jong-un, quien heredó de su padre Kim Jong II y a su vez de su abuelo, Kim II-Sung. Y a quien con seguridad los nuevos divinos y humanos latinos miran como ejemplo y se relamen el bigote para tener el control totalitario del poder de manera indefinida.
Y al igual que las anteriores y bajo el disfraz del librito de la constitución, como pasa en Venezuela, buscan suprimir los demás partidos políticos que puedan quitarle el poder, se apoderan de la autonomía de las instituciones del estado y control absoluto del ejército con juramento incluido al gran líder y no a la constitución.
Llegan al poder con los errores de las oligarquías pasadas que no miran más allá de sus propios bolsillos, prometen un socialismo para el pueblo, pero para el pueblo que voten por ellos, los demás no son pueblo, sino simplemente invitados de piedra que los ayudan al pago de los impuestos.
A diferencia del pasado, en Latinoamérica se le saca el jugo a la “democracia”, que ahora tiene diversas definiciones dependiendo del lado que se le mire. El caso patético es Venezuela, que utilizando unas elecciones que no tienen una transparente auditoria, de unas elecciones cerradas como las pasadas, en la que el ganador dejó muchas dudas y la presidente del CNE, se paseaba rauda junto al que cantó como ganador minutos después de dar el anuncio. Como premio a su lealtad, está entre los puestos insustituibles y claves para manipular cualquier elección que atente con moverle la silla a los chavistas.
Pero estos “divinos” tienen unas características que les son propias, parecen que responden a unos lineamientos: • Se consideran irremplazables • Visten similar, le agregan unos cortes fashión para ser diferentes • Autocráticos, ellos y solo ellos.
• Poseedores absolutos de “la Verdad”. • Algunos hablan con animales y pájaros • Nunca cometen errores, lo malo que pase lo hacen los otros. (Juana la Iguana, Uribe y la oposición) • Cada cuanto encuentran planes de derrocamiento y asesinato • Encarcelan a quienes ven como un peligro en el futuro. Caso Venezuela con Leopoldo López. • Odian los medios de comunicación, las redes sociales y los Smartphone. • Les regulan la dieta al pueblo, diciéndoles que comen y que no comen y en qué cantidades • Son flojos, sin ideas, no son progresistas. Viven de los recursos naturales siempre y cuando el precio les convengan. Cuando el precio cae, se les vuelve un hormiguero y recurren a echarle la culpa a alguien. • Crean paraísos ficticios de FELICIDAD.
• Les gusta que los idolatren, crean estatuas, rezos, odas, poemas, un día festivo, el nombre de un barrio, calle, etc. En fin parecen todos cortados por la misma tijera, se peinan iguales, visten iguales. Para el caso algunas imágenes de los más importantes de este siglo y del pasado.