Existe un grupo dentro de la Población Económicamente Activa (PEA) en Cartagena (Aquel grupo en edad de producir pero que se encuentra desempleada y peor aún que dadas su falta de capacitación y el submundo en que viven, no tienen opción a un trabajo digno, sin embargo generan dentro del comercio actividad que les permite sobrevivir).
Dentro de este grupo están los llamados “Mototaxistas” y los “Maneros”, ambos fenómenos urbanos de personas en su mayoría jóvenes desempleados, sin capacitación técnica que puedan acceder al mercado laboral del nuevo milenio.
Expliquemos estos grupos urbanos:
Mototaxistas: Persona que conduce una moto llevando un pasajero a un destino y cobra por el servicio.
Maneros: Persona que se suben en buses urbanos a repartir dulces, galletas, estampillas, collares, lapiceros, medicinas y cualquier artículo que puedan vender. También payasos, cantantes, limosneros y en el peor de los casos: atracadores.
Aunque ambos son traumáticos, el mototaxismo luego de comenzar como una solución al transporte y desempleo, ha terminado siendo el medio preferido y estratégico de delincuentes, sicarios, fleteros y violadores. Una de las causas que ayudó a este episodio de delincuencia ha sido la reinserción de paramilitares que no fueron ubicados en el mercado laboral y encontraron en el mototaxismo el medio eficaz para continuar con sus operaciones delictivas individuales o haciendo parte de las Bacrim.
Estos muchachos de ambos grupos provienen de barrios periféricos de Cartagena que crearon una burbuja antieconómica que le causa muchos traumatismos a la ciudad.
En el caso de los “maneros”, estos, en un trayecto de unos 10 kilómetros, llegan a subirse en los buses urbanos hasta 6 y 8 muchachos repitiendo la misma jeringonza “…en sus manos, en sus piernas le he colocado unos deliciosos….” “…señoras y señores sé que esto es cansón, uno que se baja y otro que se sube, pero esta es la manera de ganarme la vida…” Y si la persona no le recibe lo que le brinda se verá abocada a un insulto y malos tratos. Muchos de estos muchachos son pandilleros y tienen problemas con otros, y ocultan en sus ropas, navajas, cuchillos para en caso de ser atacados defenderse y hasta cometer atracos.
Pero definitivamente estos muchachos no encuentran ningún espacio dentro de la dinámica laboral porque simplemente no tienen ninguna capacitación, no estudiaron y están excluidos de la sociedad, una verdad dolorosa, pero real, no están en los planes de nadie, sino cuando se aboca alguna elección, solo consiguen promesas que luego se olvida porque el político pagó el voto y compró la conciencia.
Siempre he pensado que la educación en Colombia debería ser obligatoria y gratis para los estratos 1 y 2, donde existe mucha pobreza y no ven en la educación y la capacitación la solución de sus estilos de vida, ellos viven el día a día y no miran el futuro. Por eso en época de elecciones es la zona más difícil y no confiable para el voto de conciencia porque solo piensan en venderlo.